Domingo por la mañana y luce un fantástico sol primaveral. Por fin, tras un largo paréntesis de casi un año hemos logrado realizar un nuevo número del April Eyes. Las causas de ese divagar en el tiempo y el espacio, pues, un poco de todo: contactos infructuosos con ciertos grupos, cartas-entrevistas extraviadas por el “servicial” servicio de correos, estudios, trabajo... ... y todo ello y algo más, nos ha mantenido algo desinteresados con la labor. Pero bueno, aquí estamos otra vez. Os pedimos disculpas por el retraso y deseamos que el April Eyes nº -2 os guste (como veis, continuamos nuestra cuenta atrás, y esperamos ir mejorando).
Con esta tercera entrega y en las siguientes intentamos que April Eyes sea un escaparate de diversidad dentro del panorama del Pop, y dar preferencia a todos esos pequeños grupos que siempre pensaron en las canciones y no en ser estrellas de pop (vease Brighter, Glo-worm, Daily Planet...) y en los cientos que postulan ese modo de hacer y de pensar.De igual modo, queremos mencionar y aplaudir a todos esos medios que han hecho posible prodigar y hacer gozar de esos maravillosos grupos, de modo que, en le dossier que hemos titulado “Un desván de fanzines” recogemos a estos protagonistas de tan singular gesta apostando por la manera de hacer de los fanzines dedicados al Pop. Sencillez, elegancia, emoción, ganas de hacer, optimismo... Esa idiosincrasia tan particular es el punto crucial por el cual discurre, o al menos pretende, este fanzine. Gracias a todos, un saludo y hasta pronto.
31 de gener 1997
30 de gener 1997
ae2 Laponia Club 8 nouvelle
Ellos son Johan (Instrumentos y voz) y Carolina (voz), son suecos, si, como Read Sleeping Beauty, Cardigans, Seashells, Cloudberry Jam, Poprace, Acid House Kings (grupo del que Joahn forma parte)... ... Todo grupos de exquisitez y elegancia pop.
Club 8, o lo que es lo mismo, Carolina y Johan, han elaborado un disco excelente, cosido con encajes y dobladillo en sus perfiles, lo cual lo hace muy vistoso, pero también, con contenido en su interior: bordado de dibujos y repleto de colores púrpura y celestes.
Como dijo Johan en una entrevista “lo que nosotros hacemos es esasy listening-anorak pop. Música que te ofrece sentimientos de tristeza feliz”. Lo cual define claramente el tipo de sonido por el que se columpian en sus canciones. En su single “Too me” (Siesta 1995) como en este disco, “Nouvelle” (Siesta 1996), tanto la música como las letras que pronuncian te impregnan de dulces melodías, de emociones que embelesan a cualquier exigente degustador de brillantes canciones, de cortesía auditiva tanto en estado animoso como tristón.
Diez canciones que se escuchan con cierta ensoñación, “tose charming men” y “di guess di was wrong”; proclives a la ternura, “she never calls me”; hivernales y con estalactitas minúsculas, “don’t be gone” y “loveaffair”; empapadas de tristeza, “sunday afternoon”; repletas de melodías encaprichables, “look out!” y “all dressed up and shy”; reconfortables como una siesta en el sofá, “breakdown”; hebrias de delicadeza, “blue skies”.
Club 8 significan esa necesidad imperiosa de saborear en nuestro interior algo que nos haga sentir bien, que sea semblante a lo que deseamos y tanto anhelamos. Pues bien, intenta probar con estos suecos, seguro que sucumbes y te haces soc¡o del “Club del pop sueco”.
Club 8, o lo que es lo mismo, Carolina y Johan, han elaborado un disco excelente, cosido con encajes y dobladillo en sus perfiles, lo cual lo hace muy vistoso, pero también, con contenido en su interior: bordado de dibujos y repleto de colores púrpura y celestes.
Como dijo Johan en una entrevista “lo que nosotros hacemos es esasy listening-anorak pop. Música que te ofrece sentimientos de tristeza feliz”. Lo cual define claramente el tipo de sonido por el que se columpian en sus canciones. En su single “Too me” (Siesta 1995) como en este disco, “Nouvelle” (Siesta 1996), tanto la música como las letras que pronuncian te impregnan de dulces melodías, de emociones que embelesan a cualquier exigente degustador de brillantes canciones, de cortesía auditiva tanto en estado animoso como tristón.
Diez canciones que se escuchan con cierta ensoñación, “tose charming men” y “di guess di was wrong”; proclives a la ternura, “she never calls me”; hivernales y con estalactitas minúsculas, “don’t be gone” y “loveaffair”; empapadas de tristeza, “sunday afternoon”; repletas de melodías encaprichables, “look out!” y “all dressed up and shy”; reconfortables como una siesta en el sofá, “breakdown”; hebrias de delicadeza, “blue skies”.
Club 8 significan esa necesidad imperiosa de saborear en nuestro interior algo que nos haga sentir bien, que sea semblante a lo que deseamos y tanto anhelamos. Pues bien, intenta probar con estos suecos, seguro que sucumbes y te haces soc¡o del “Club del pop sueco”.
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